MUJERES MUNDIALES
Mireia Belmonte y las guerreras del waterpolo encumbran de nuevo al deporte femenino español tras unos campeonatos liderados por Missy y una gran generación de adolescentes
Mireia Belmonte celebra la consecución de la medalla de plata en los 400 estilos
MANU FERNÁNDEZ (AP)
Nunca hubo un Mundial de Natación más femenino que el celebrado en Montjuic y alrededores.
En el equipo de España la tendencia internacional se manifestó de forma extrema. Las chicas de rojo se colgaron 12 medallas. Ellas solas se valieron para acumular la mejor cosecha de España en la historia de los Mundiales tras las once medallas de Roma 2009.
Los cinco récords mundiales en la piscina de Barcelona fueron femeninos
La expedición española lo experimentó en los Juegos de Londres, el año pasado. De las 17 medallas logradas, 11 fueron obra de mujeres, un botín extraordinario que acentuó el fabuloso tirón del deporte femenino, ya fuera en modalidades individuales o colectivas. Las mujeres despegaron tarde en el deporte y han tenido que vencer no pocas resistencias. Hoy ya copan el 25% de las medallas olímpicas ganadas por España a lo largo de su historia. En un país capitalizado por el casi monocultivo del fútbol masculino, hoy las mujeres compiten como las mejores en no pocas disciplinas pese a contar con menos medios y muchas más reticencias que en países de su entorno.
Al igual que en Londres 2012, con Mireia Belmonte al frente, en los Mundiales de Barcelona, las mujeres se hicieron con todo el protagonismo. Ahí donde hubo mujeres, hubo excelencia. Comenzando por el torneo de sincronizada (siete medallas), continuando con el waterpolo (un oro), y provocando la ola en el graderío que vibró con cada final que agitaron Mireia Belmonte, Melani Costa, Bea Gómez, o Marina García. Los tres trofeos (dos platas y un bronce) de Mireia y la plata de Melani coronaron a la natación femenina.
Las jugadoras españolas celebran el triunfo. / FABRICE COFFRINI (AFP)
Los seis récords mundiales establecidos en Barcelona fueron obra de mujeres. Cuatro de ellos, los de 50 y 100 braza, y los de 1.500 y 800 libre, son el producto del esfuerzo de dos chicas de 16 años: Ruta Meilutyte y Katie Ledecky. Asombrado ante la desproporción, Dave Salo, el jefe de los entrenadores del equipo femenino de Estados Unidos, celebró que las marcas cayeran a pesar de haber superado los bañadores textiles. “Ver a Katie, a Missy, o a Ruta, ha sido muy emocionante”, dijo. “Todas son niñas muy jóvenes que no han probado jamás los bañadores de alta tecnología, ni los bañadores rápidos, ni saben nada de eso".
Mientras tanto, Barcelona quedó marcada por el Mundial de las mujeres. Y España no fue ajena al fabuloso impulso del deporte femenino, entronizado por Mireia y las guerreras del waterpolo.
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