Equipo de Profesionales

Equipo de Profesionales

Datos

C/ Manuel Girón-Bellán s/n cmujerpalmoradiel@gmail.com, Tel: 634 73 83 49 / 925 20 54 23
Psicóloga - Isabel Villanueva Ramos Asesora Jurídica - Elena Alonso Alonso Técnica en Recursos e Igualdad - Estela Mendoza Díaz-Maroto. Técnica de Empleo - Inmaculada Serrano Santos

miércoles, 19 de agosto de 2015

Las mujeres en los dibujos animados

Representaciones femeninas en las series de animación de 1916 a la década de los 90

Dibujando a vilma picapiedra
Dibujando a Vilma Picapiedra
 
Mediante la construcción de arquetipos e imaginarios fundamentados en representaciones y discursos anacrónicos, los dibujos animados contribuyen sin duda a consolidar una organización social androcéntrica y sexista a través de un mensaje oculto. Este, como afirma Theodor Adorno, tiende a reforzar actitudes convencionalmente rígidas y pseudo-realistas haciéndose manifiestas en la superficie en forma de chistes, observaciones subidas de tono, situaciones sugestivas y otros artificios semejantes.
Este ha sido el locus operativo desde los primeros dibujos animados de la industria, como es el caso de Krazy Cat (1916), cuya trama tendría como núcleo central la violencia por razones de género. La Gata Loca, representada como bondadosa, amorosa e inocente minina no cuestiona ni transgrede el orden social impuesto. Por el contrario, se mantiene sumisa a Ignacio, su agresor.
La violencia en los dibujos animados de esta época sería naturalizada como modelo para colocar y mantener a la mujer en “su lugar”, además esta violencia contra lo femenino en los dibujos animados sería socialmente aceptada pues, como señala Susan Faludi, en la televisión los personajes femeninos que no eran víctimas de ataques tenían muchas probabilidades de permanecer mudos o de ser meros comparsas de trama. De este modo, la violencia apareció como requisito y justificación de la presencia de la mujer en una industria cultural dominada por los hombres.
Los dibujos animados se caracterizarían por el hecho de que el protagonismo y la acción estarían concedidos al varón. Este sería el caso de Mickey Mouse (1928), representado como prestigioso detective a cargo de una agencia de investigación, quien con frecuencia se encontraría en necesidad de resolver situaciones conflictivas y peligrosas en sus diversos viajes y aventuras; no obstante, la presencia de personajes femeninas sería una vez más secundaria, en esta ocasión con Minnie sujeta al cuidado del hogar, excelente cocinera, como también niñera de los sobrinos de su pareja, pero también definida como bien de intercambio, al ser secuestrada por los adversarios de su novio en varias oportunidades con el fin de obtener los objetivos deseados mediante el chantaje.
En el caso de Popeye el Marino (1929) sería exacerbada y reificada la masculinidad, principalmente en la figura de Popeye, un marinero de fuerza sobrehumana y grandes músculos producto de su ingesta de vegetales (espinacas), pero también en el personaje de Brutus, máximo exponente de la virilidad, la malicia, la rudeza y la irracionalidad. Popeye y Brutus serían representados en el dibujo animado como pretendientes de Olivia, mujer de facciones escuálidas, débil, dependiente, quien en su búsqueda del amor de un hombre fuerte y protector haría uso de la coquetería, debatiéndose entre la elección de estos marineros, convirtiéndose en objeto de deseo, conflicto y competencia de estos dos hombres.
Ahora bien, el surgimiento de nuevas formas de ejercer la feminidad creó las condiciones por medio de las cuales los mass medias presentaron una imagen distorsionada de la “liberación femenina” e iniciaron la cosificación y explotación de la imagen, cuerpo y sexualidad de la mujer, principalmente encarnada en la figura de las pin-ups. Este sería el caso del dibujo animado denominado como su protagonista, Betty Boop (1932), quien fuese en los dibujos animados el primer personaje femenino con curvas, atrevida, de exacerbada y manifiesta sensualidad; caracterizada por una mezcla entre la inocencia y el sex symbol, considerada la novia de América, por sus características seductoras.
En las décadas de los 30, 40 y 50 las mujeres desaparecieron de la pequeña pantalla, algunos dibujos animados fueron puestos al servicio de la propaganda política y bélica, donde se exacerbaron el patriotismo y la heroicidad, encarnada en la masculinidad, frente a la emergencia del fascismo y la amenaza comunista.
El periodo pos segunda guerra mundial se caracterizó por los afanosos intentos por devolver al hogar a la mujer, quién se había insertado en el mercado laboral remunerado como consecuencia del absentismo masculino, alcanzando un significativo grado de emancipación. No obstante, superado el periodo bélico e iniciado el retorno de los hombres a la cotidianidad, en los medios de comunicación resurgió el estereotipo de la mujer-madre-esposa.
Este es caso de Los Picapiedra (1960), cuyo protagonista Pedro Picapiedra responde a la expectativa social del varón: obstinado, egoísta, escandaloso, autoritario, así como proveedor económico de su familia. Su esposa Vilma será representada como una mujer devota a su esposo y su hija; práctica y eficiente en los quehaceres domésticos, es decir, la perfecta “ama de casa”.
Elementos comunes a los ya mencionados encontraremos en Los Supersónicos (1962). Si bien son representados como la familia del futuro, los roles allí descritos reproducen aquellos significativamente tradicionales. Si bien Ultra no se encuentra sujeta de manera exclusiva al hogar como su homóloga Vilma Picapiedra, es representada como el ama de casa moderna: clase media, ociosa, quien generalmente ocupaba su tiempo al ir de compras y realizar desproporcionados gastos en ropa, cosméticos y accesorios con el dinero de su trabajador esposo Súper Sónico. Representaciones con las cuales se intentaría legitimar el estereotipo de la mujer frívola, superficial, pero sobre todo en el mundo moderno, orientadas a promover y exaltar la feminidad a través del rol de consumidora.
Esta distribución inequitativa de los roles y la condena a estereotipos inamovibles e incuestionables como el de “la madre”, sería reproducido y retomado con ahínco posteriormente a partir de la década de los noventa, con dibujos animados como Los Simpsons (1990), Padre de Familia (1998) y Padre Americano (2005).
A partir de la década de los 60 y 70 se hicieron presentes en la televisión personajes caracterizadas por la independencia y la emancipación, como la mujer Invisible de Los 4 Fantásticos (1967), Gravitania en El Trío Galaxia (1967) y la amazona Jana de La Selva (1978). Sin embargo, continuarían asociadas al misticismo y los estereotipos sexistas de la bruja y hechicera.
No obstante, esta representación de las mujeres dentro del estereotipo de la heroína emancipada no significó la supresión en los dibujos animados de la aparición de la mujer como la tradicional damisela en apuros, notorio en producciones visuales como Los Peligros de Penélope (1969). En estos dibujos animados, la mujer, pese a su condición atlética, es caracterizada por su vulnerabilidad, ingenuidad e indefensión al ser reiteradamente atacada por el villano La Garra Siniestra; ataque tras el cual sería siempre representada como temerosa y aterrada, además de rápidamente reducida a los inútiles gritos de: ¡Auxilio! ¡Socorro!.
La programación televisiva de mediados de los ochenta tendría una reacción distinta, al excluir e invisibilizar casi en su totalidad a las mujeres de sus proyecciones simbólicas. Para esta época fue restituido el protagonismo, dominio y pretendida superioridad masculina.
La década de los 90 se diferenciaría por su énfasis en personajes femeninos, si bien, no desde una perspectiva vindicativa de la feminidad. Por el contrario, significó el relanzamiento, profundización y emergencia de nuevos estereotipos. Con frecuencia durante los años 90 la mujer fue caracterizada por su bajo nivel intelectual y conducta irracional, personificadas en personajes como Elmyra de Tiny Toon (1990), Dee Dee en El Laboratorio de Dexter (1996) y Vaca, co-protagonista de Vaca y Pollito (1997), frente a la postura racional, lógica y estratégica de su contraparte masculina.
Asimismo, es retomada y explotada la imagen seductora, devoradora, mujer desvergonzada, inmoral, modelo de erotismo, que en los dibujos animados sería encarnada en personajes como Minerva Mink en Animaniacs (1993). En estos dibujos las mujeres serían corporeizadas, desprovistas de su humanidad al haberles sido negada la representación de sus rostros y otras características constitutivas de su personalidad, pues solo importan sus cuerpos y la sexualidad emanada de ellos. Este es el caso de Enfermera en Animaniacs (1993) y la señorita Belo en Las Chicas Súper Poderosas (1998).
Sin embargo, pese a estas representaciones sexuadas y sexistas que se harán manifiestos en los dibujos animados, Las Chicas Súper Poderosas (1998) parece ser uno de los dibujos animados capaz de compilar varios estereotipos por la candidez e ingenuidad de las personajes, su apego a la norma social y la reproducción desde sus personalidades de características atribuidas a la feminidad. No obstante, al mismo tiempo hacen ruptura con los roles tradicionales impuestos a las mujeres, como se manifiesta en su lucha contra el crimen y la protección de la ciudad mediante el uso de la fuerza y la racionalidad.
TÚ NO LO VES, PERO TE TOCA

b_360_0_16777215_00_images_patriarcado.jpg

¿Qué es el Patriarcado? Me preguntas, clavando tu pupila en mi pupila lila... ¿Patriarcado? ¿Y tú me lo preguntas? Patriarcado eres tú.
 
Patriarcado somos todas. Y todos. Porque es el sistema en el que nos hemos construido como mujeres, como hombres, como personas, como sociedad, como sistema. Es difícil de explicar, es invisible, pero está ahí.
El patriarcado es el miedo. El que te da volver sola a casa de noche. El que te da cruzarte con un desconocido por la calle, a oscuras. El miedo que te da decir que no -o que sí- a las cosas que te propone tu amante. El miedo a que llegue el día de tu violación, ese que tenemos casi tan asumido como el de nuestra muerte.
 
El patriarcado es la ignorancia. Ignorar que si una mujer aparece muerta al lado de su marido, con signos de violencia, no hacen falta forenses que dictaminen “violencia de género”, porque nosotras ya lo sabemos. Ignorar que el asesinato sistemático de mujeres no es algo que les pasa a las que eligieron mal, sino a las que eligieron no seguir obedeciendo. Ignorar que detrás de todos los hombres capaces de torturar y de asesinar mujeres, hay un montón de hombres -y de mujeres- que se ríen con los chistes sexistas, frivolizan con la violencia machista o consideran que las mujeres estamos “donde tenemos que estar”.
 
El patriarcado es el malestar. Ese que no sabes describir, pero que sientes cuando algunas miradas te desnudan, cuando algunas frases te desautorizan, cuando te ves haciendo cosas que no te gustan, pero que consideras tu obligación; cuando tu círculo juzga y sentencia tus decisiones vitales, cuando te toca cuidar a todo el mundo, cuanto te tratan como a una niña, o como a un adorno.
 
El patriarcado te ha tocado cada una de las veces que has tenido la sensación de que el mundo no está hecho para ti. Cuando las canciones, el trabajo, las reuniones, las películas, los espacios de poder, los bares, los talleres mecánicos, los bancos, los libros, los deportes, los hospitales, los medios de comunicación, te han hecho sentir como un ser irrelevante, invitada en este gran sistema hecho por y para los hombres.
 
Si eres tú, y somos todas, y todos, ¿cuándo empezamos a desmantelarlo?

Estimado machista: “te reto”

 
 
  555e071f55b9f
De vez en cuando escucho cómo repiten y hasta se apresuran en decir: “yo no soy machista”.
Escucho risas irónicas acerca de lo radicales y hasta “asalvajadas” que resultamos algunas mujeres cuando nos dicen un piropo, o cuando se arriman a nuestro lado como por tropiezo casual o sin darse cuenta.
De vez en cuando observo cómo algunas personas hacen gestos obscenos, expresiones que consideran graciosas y humorísticas, ante las cuales se supone que yo tendría que estallar a carcajadas.
En el día a día tengo que escuchar y hasta pretenden que acepte de forma obediente, que todo está en mi cabeza, que veo machismo donde no lo hay, porque no tiene importancia y resultan inofensivos esos piropos, expresiones, gestos y/o insinuaciones.
Ya, claro, por encima de mis santos ovarios. El machismo EXISTE Y SE VE, yo lo veo, y no estoy dispuesta a disculpar ninguna de las armas en apariencia inofensivas que utiliza el patriarcado, tales como esa violencia sutil, esos micromachismos, esa violencia invisibilizada por una sociedad que ya está acostumbrada a todas las pautas de los del “yo no soy machista”.
Las mujeres siguen siendo asesinadas, NO MUEREN, las matan, nos matan por ser mujeres, por considerarnos un obstáculo que impide la supremacía del macho, nos quieren obedientes y acotadas no en nuestro espacio propio sino en el entorno que nos permite el patriarcado.
Ellos, los del “yo no soy machista” siguen atacando con esa fraudulenta máscara de víctimas del feminismo, exigiendo para ellos que una Ley Integral Contra la VG les incluya, es decir, los propios maltratadores quieren que una Ley sobre VG les tenga en cuenta, tenga presente una violencia que dicen se ejerce contra los hombres. Entonces, llegados a esta parte, es donde podríamos nosotras estallar a carcajadas. ¿Dónde está la VG en esos hombres?
Vamos a ver. VG es el poder de dominación que EJERCE EL HOMBRE sobre la mujer, por el hecho de considerar a ésta inferior y considerarse él quien tiene el poder y control, fruto y consecuencia de un patriarcado que da prioridad y honores al hombre por ser hombre.
Es más, aquí lo que estamos viendo en ese día a día son los terribles sucesos de esas “muertes” de mujeres. Mujeres que sí son víctimas de violencia de género, mujeres que denunciaron, otras no lo hicieron, mujeres que tuvieron o siguen teniendo miedo a hablar y señalar al causante de sus golpes, ya sean físicos o psicológicos, ya sea violencia económica, o cualquier tipo de violencia manifestada como acto de control y poder de un hombre hacia esa mujer.
Porque la considera suya, la considera de su propiedad, considera que está para seguir unos patrones que ya desde hace décadas se han venido siguiendo. La mujer debe ser la esposa fiel, la madre de unos hijos, la cuidadora y criadora de un hogar y la responsable de mantener feliz al hombre.
Parecen historias del pasado, historias que quizás nuestras abuelas tuvieron que vivir o las llevaban a cabo como actos voluntarios porque así fueron educadas y no tuvieron otra oportunidad. Pero estas historias se siguen repitiendo hoy en día, distintos escenarios, avancen tecnológicos y otras medidas y maneras de controlar y disponer de la mujer, pero la violencia ejercida da el mismo desencadenante: mujeres con miedo, mujeres asesinadas.
Y aún así, de vez en cuando, muy a menudo, sigo escuchando lo de “yo no soy machista”, “eres una radical”, “feminazi”, “odias a los hombres”, etc.
Pues bien, a todos aquellos del “yo no soy machista”, no es necesario que lo repitáis nunca más, os reto a que lo demostréis.
De vez en cuando es necesario dejar de escuchar para observar si los hombres serían capaces de avanzar sin el poder del patriarcado.
Avanzar SIEMPRE es posible, pero necesitamos estar vivas, “nos queremos vivas” para observar ese reto.
Laura Díaz
 
 
ENTRA EN VIGOR LA LEY DE LA INFANCIA QUE RECONOCE COMO VÍCTIMAS A LOS HIJOS/AS DE MUJERES MATRATADAS.

La ley da seis meses a Justicia para poner en marcha un registro central de delincuentes sexuales, trata de seres humanos y de explotación de menores.
Este impedirá que las personas incluidas en el mismo realicen actividades u oficios en las que estén en contacto con menores.
Se reconoce además a los menores extranjeros el derecho a todas las prestaciones sociales en igualdad de condiciones que los españoles. 
 
 
La nueva legislación sobre la infancia, que reconoce como víctimas directas a los hijos de mujeres afectadas por violencia de género, entra este martes en vigor y regula también las condiciones de acogimiento familiar —para primar al familiar sobre el residencial— y los trámites en las adopciones.
 
La ley otorga un plazo de seis meses al Ministerio de Justicia para poner en marcha un registro central de delincuentes sexuales, trata de seres humanos y de explotación de menores, que impedirá que las personas incluidas en el mismo realicen actividades u oficios en las que estén en contacto con menores. El Registro de Delincuentes Sexuales, que incluirá datos de perfil genético (ADN), previsto en la Ley de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, tendrá que estar en funcionamiento en febrero de 2016. Este registro es una de las medidas más destacadas de la nueva norma. Sin embargo, es una obligación que España lleva omitiendo desde 2010, cuando suscribió el Convenio de Lanzarote del Consejo de Europa que obliga a adoptar este tipo de medidas para evitar la exposición de los niños a situaciones de riesgo. Países como Francia o Reino Unido, que también ratificaron aquel acuerdo, ya lo están aplicando. El Parlamento aprobó el pasado 16 julio, a través de dos leyes, una orgánica y otra ordinaria, el sistema de protección de la infancia y la adolescencia. Ambas leyes fueron publicadas en el BOE el 23 y 29 de julio. Para el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, este proyecto "es de lo más importantes que en términos sociales se han llevado a cabo durante los últimos años", según destaca su departamento.
 
Las novedades que introduce la nueva ley:
 
Desamparo: La nueva legislación define de los supuestos de desamparo que permiten a la Administración separar a un menor de su familia cuando exista maltrato por parte de los progenitores o tutores, sin tener en cuenta ni la pobreza ni la discapacidad de sus padres.
 
Derecho a prestaciones de los menores extranjeros: Se reconoce además a los menores extranjeros el derecho a todas las prestaciones sociales en igualdad de condiciones que los españoles y se refuerza su derecho a la hora de realizar las pruebas para determinar su edad.
 
Bonificaciones para contratar a víctimas de trata: La nueva legislación incluye también medidas de bonificación en las cuotas de la Seguridad Social para los que den empleo a víctimas de trata de seres humanos —1.500 euros al año si es indefinido y 600 euros al año si es temporal—, además de ampliar a 90 días el periodo de reflexión a las víctimas de trata para decidir si colaboran con la justicia.
 
Los condenados por abusar de menores, alejados de estos: La nueva normativa establece que quienes quieran trabajar en contacto con menores, acrediten que no han sido condenados en firme por ningún delito relacionado con niños o adolescentes.
 
Los niños serán también víctimas de violencia de género: En esta reform, se reconoce como víctimas directas a los hijos de las mujeres víctimas de la violencia de género, un aspecto que entró en vigor el pasado 12 de agosto, al igual que la regulación de la patria potestad y de la custodia de los hijos en entornos de maltrato. Respecto al maltrato en el ámbito familiar, cuando los niños se encuentren bajo la patria potestad o la tutela de una víctima de violencia de género, la norma señala que los poderes públicos garantizarán el apoyo preciso para que permanezcan con su madre, además de prestar atención especializada y ayudar en su recuperación.
 
Pronunciamiento de los jueces: La nueva ley obliga a los jueces a pronunciarse sobre la necesidad de ordenar o no medidas relativas a la salida del domicilio familiar, prohibición de aproximación y otras actuaciones civiles que afectan a los menores que dependen de la mujer sobre la que se ejerce violencia, incluso podrá suspender para el inculpado la patria potestad o custodia, entre otras medidas.
 
Prioridad al acogimiento familiar: En el caso del sistema de acogida y adopción, se prioriza el acogimiento familiar para los menores de seis años de edad y se desjudicializa el proceso de modo que sea la administración la que decida dónde aloja al menor sin que el recurso de los padres biológicos le condene a permanecer en un centro, como viene ocurriendo.
 
Los asesinos no cobrarán pensión de viudedad. Se reforma el sistema de pensiones que impedirá a las personas que maten a otro pariente cobrar la pensión que su muerte haya generado, sea cual sea. Los hijos de un matrimonio en el que un cónyuge mate al otro podrán cobrar además, la pensión de orfandad completa, aunque el padre o madre homicida siga con vida, y ésta será de mayor cuantía, pues se le reconocerá el cien por cien de la base reguladora, y no un porcentaje sobre la misma, como hasta ahora
 
Familias Numerosas: se modifica la Ley de Familias Numerosas para evitar que pierdan el título hasta que el último de los hijos cumpla la edad de 21 años, o 26 si está estudiando, entre otras novedades.
 
Sistema de adopción abierta: se crea el sistema de adopción abierta para esos casos en que el menor quiere y puede seguir manteniendo relación con su familia biológica, se establecen criterios comunes para preparar para la adopción a padres que lo son de acogida, se regula el derecho de esos niños a conocer su origen y su pasado, y se crea un registro unificado de maltrato infantil al que podrán acceder los servicios sociales de todo el país.

Las mujeres no somos un tema, somos causa: Marcela Lagarde

    
Las mujeres no somos un tema, somos causa: Marcela Lagarde
 
“El patriarcado es fuerte; fuerte y se renueva, se revitaliza, nos contesta con cada vez mayor precisión, cada vez sabe dónde pegar más fuerte”, señaló la investigadora y académica Marcela Lagarde y de los Ríos, si en un inicio el discurso feminista no lo entendían los detractores del feminismo, “poco a poco ya hasta se lo apropiaron” y resulta que “hay perspectiva de género en dictaduras africanas”.
Lagarde reafirmó el papel y la importancia del feminismo como un movimiento político y social en defensa de los derechos de las mujeres, que tuvo su mayor auge en la década de 1970. Pero en la Cuarta Conferencia sobre la Mujer –en la que se declaró la Plataforma de Acción de Beijing, en septiembre de 1995– se cristalizaron una serie de planes y medidas a emprender en cada uno de los gobiernos que la signaron, en conjunto con organizaciones internacionales.
A cinco años de que finalizara el milenio, en la Plataforma de Acción de Beijing se establecieron una serie de objetivos y metas a cumplir en camino a la igualdad entre hombres y mujeres. En ella confluyeron demandas, escenarios, contextos y realidades de la discriminación, desigualdad y falta de oportunidades de las mujeres en todo el mundo.
A casi 20 años de la declaración, Marcela Lagarde considera que la Plataforma de Acción de Beijing “es la síntesis de un impulso que tardó un siglo en cuajar, un siglo. Fue pensar en los mecanismos plataforma de acción, de cómo se iban a aterrizar los derechos humanos de la mujeres”, por lo que fue “el producto de la movilización de las mujeres que se dijeron feministas y de muchísimas mujeres que no se dijeron feministas”.
La Conferencia de 1995 fue una movilización de calidad ética y filosófica, “en torno a esa empatía fue la primera vez en la historia que nos hemos movilizado para argumentar y atraer a las otras, a los otros que no estaban de acuerdo, que ni siquiera eran sensibles, que no estaban convencidos. Nosotras con argumentos y con un movimiento civil, pacífico, de resistencia, de subversión, de transgresión, de rebeldía hemos influido y cambiado cosas tan importantes como las leyes contrarias a nosotras y hemos creado leyes a favor de nosotras. Hemos creado protocolos, reglamentos, todo eso que vamos haciendo para que sean realidad los derechos humanos de las mujeres”, enfatizó Lagarde.
Si no hubiera sido por las grandes movilizaciones que antecedieron al año de 1995, como el trabajo posterior realizado por organismos no gubernamentales y legisladoras de acuerdo con la plataforma de acciones, Marcela señala “yo creo que andaríamos enrebozadas en este país, rezando, cuidando muchas criaturas como sucedía hace a penas unas décadas, a veces sólo la generación anterior. Ahora tenemos dos y tres generaciones de mujeres instruidas, educadas de mujeres que hemos tenido acceso a la salud, pero no porque nosotras quisimos, sino porque está instalada en el Estado, es un derecho”.
Lagarde –principal promotora de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) cuando fue diputada federal en la LIX Legislatura–, invitó a las y los asistentes al foro “Balance de cumplimiento de la Plataforma de Acción de Beijing y de las metas de milenio”, a analizar y hacer que se cumpla esta legislación, porque la discusión se ha centrado especialmente en la Alerta de Violencia de Género (AVG), un mecanismo de emergencia “y si fuésemos consecuentes con la Ley, la AVG tendría que solicitarse por feminicidio, por muerte materna, por suicidio, por todas las muertes violentas precoces evitables todas ellas”.
Dado que el suicidio en la población de mujeres “en este país lo podemos ubicar como un problema de violencia de género, de clase, de edad, de etnia y de toda la intersectorialidad que hay con las condiciones de cada mujer”, puesto que en la investigación diagnóstica realizada en 2004 para la elaboración de la LGMVLV, uno de los datos arrojados fue que en los estados donde se registró menor número de feminicidios (Quintana Roo, Campeche y Yucatán por orden descendente), fue Yucatán la entidad con mayor número de suicidios femeninos.
“Nosotras no somos un tema. Lo quiero decir, mucha gente se refiere a nosotras como el tema de las mujeres, como el tema de género. No somos un tema, en cambio me gustó que el compañero que vino aquí y habló de la causa [Pablo Yanes, jefe de la Unidad de Desarrollo Social de CEPAL]. Justamente pensarnos una causa. Y nos refiramos a todo lo que vamos construyendo como una causa política, pacífica”.
Porque las mujeres no estamos para pelear “ningún combate, nosotras tenemos estrategias, nosotras construimos alternativas, caminos vitales, propiciamos cosas, no estamos en combate contra la violencia contra las mujeres, nosotras estamos a favor del derecho a la vida sin miedo y sin violencia para las mujeres”, aclaró Lagarde y de los Ríos.
VIOLENCIA SIMBÓLICA CONTRA LAS MUJERES: LOS JUEGOS INFANTILES


La violencia no solo actúa directamente sobre los cuerpos, sino también en el terreno simbólico: el imaginario publicitario, los juegos infantiles o el folclore son algunos de los espacios en los que se re-escenifica día a día la violencia sexual.

Los juegos intervienen en el desarrollo personal, relacional y social de niñas y niños. Pero la publicidad presenta  unos modelos con comportamientos, actitudes y valores para ser mujer, y otros para ser hombre, determinando un «modo de ser femenino» que presenta personas obsesionadas por el cuerpo, la belleza, la ostentación y los abalorios, maquillajes y peinados; propone actitudes competitivas de mujeres que buscan ser admiradas y deseadas, aspirantes a encontrar el príncipe azul, induciendo indirectamente el ser deseable, ser dependientes, manteniendo la mirada hacia «ellos», un modo de ser femenino basado en modelos de «madre buena»,solícita, cariñosa, cuidadora pero también esclava de su belleza y su bebé, pendiente de que todo fluya en armonía, en un ambiente dulce, azucarado, suave.




A la vez la publicidad presenta unos comportamientos, actitudes y valores para ser hombre, determinando un modo de ser masculino, con juguetes que determinan su identidad, determinando la forma de ser «más hombre» desde planteamientos competitivos. Se les invita al riesgo, a la aventura, al poder y la fuerza. Presenta modelos que luchan contra el mal desde comportamientos violentos, actitudes que presentan como ideal ser autoritario, duro, insensible a los sentimientos propios y ajenos y se facilita todo tipo de seres y enseres para el combate.
Si siguiéramos estos estereotipos  las expectativas vitales de las Mujeres se reducirían al cuidado de lo doméstico, al matrimonio como futuro, a ser «sexis» y guapas. Las presenta débiles, dependientes, incompletas y sólo valiosas en función de gustar. Esta circunstancia no es paralela en los anuncios para niños ya que aunque los excluyen de algunos campos no lo plantean como dependencia ni deficiencia, simplemente en el mundo masculino, no son considerados ni valorados.


 
Para evitar la violencia latente y simbólica que generan los estereotipos machistas existe un decálogo de juegos y juguetes no sexistas que conviene recordar:
1. Los niños y las niñas aprenden jugando. El juego es libre y espontáneo. No hay juguetes de niños o de niñas. Evita los que transmitan esta idea.
2. No hay colores de niños o de niñas. Sólo etiquetas sociales que limitan la creatividad.
 
3. Intenta elegir juguetes que reflejen la diversidad de cada persona.
 
4. Escoge juguetes que sean seguros, acordes con la edad y libres de prejuicios sexistas.
 
5. Elige juguetes que reúnan a niñas y niños cooperando y compartiendo espacios, tanto públicos como domésticos. Les enseñarás a construir un mundo más libre e igualitario.
6. Busca juegos y juguetes que potencien la igualdad en la participación y el desarrollo de sentimientos y afectos, sin diferenciación, en niñas y niños.
 
7. Evita juguetes, juegos y videojuegos violentos.
 
8. Educa para resolver problemas de forma positiva, constructiva y creativa.
9. A veces la publicidad muestra imágenes y valores distintos de los que queremos enseñarles.
10. Busca libros, juegos, videojuegos y juguetes en los que se nombren y estén presentes niñas y niños.

 
Fuente: Instituto Andaluz de la Mujer